Un día en Toledo con niños

Te levantas un sábado con ganas de pasarlo bien, salir, disfrutar y pasear.
¿Nos vamos de excursión?
Preparamos un picnic con lo que encuentras en la nevera, nos vestimos los siete, cogemos todo lo necesario y con muchas ganas nos vamos, ¿dónde? No sabemos, mientras salimos de casa lo pensamos...

Pues éste fue el destino elegido por unanimidad:
¡¡TOLETUM!!

En el cole todos los años celebran la Semana Cultural, con un mismo tema que coincida con algo especial que se celebre ese año, todo el colegio trabaja esa línea.
Este año se celebra los 400 años de la muerte de Cervantes y con esa línea están viendo todo lo que concierne a esa época y los lugares más destacados.
Toledo y sus alrededores fueron tierras de don Quijote, así que los niños nos pidieron ir a Toledo. Y como Consuegra se lo saben de memoria, porque vamos cada dos por tres, quisieron que la excursión fuera a dicha ciudad.

Nuestras excursiones y escapadas son muy sencillas y especialmente pensadas para ellos.
No vamos a ver cultura sin más, ni a meternos sólo en eternos museos o monumentos que para ellos pueden llegar a ser simples cuadros o simples construcciones que pueden llegar a ver todas las iglesias iguales...
Esta vez nos adentramos en el museo del Greco, un espacio donde no sólo se muestra los cuadros de dicho pintor, sino cómo vivió, una casa con sus estancias, su cocina (según los niños era de Blancanieves porque los pucheros eran iguales), su patio y jardines.

Lo primero que solemos hacer cuando vamos por ahí, aunque conozcamos la ciudad, es ir a una Oficina de Turismo, nunca nos han defraudado, siempre tienen ideas para los niños, les dan planos o algún juego, finalidad aprender y todos lo pasamos genial.
Dale un plano a un niño, déjate guiar por él, piérdete por las calles y verás cómo te lo pasas.

Y entonces te encuentras con puertas gigantes, cocheras que en su interior guardar paisajes cerrados para adultos, pero ellos todo lo ven, encuentran mini agujeros y te cuentan que ahí hay un huerto, un tractor, unas palmeras, una  señora tendiendo...

Y en una de esas... "¡¡Hola!!" Una señora sale por el telefonillo, les estaba viendo, ellos no habían llamado, sólo querían cotillear, pero ella les pilló, jajaja!!

Viajar y hacer excursiones con los niños es increíble.
Sí, varios nos preguntáis que cómo lo hacemos, que cómo se nos ocurre meternos en un museo con ellos, o darnos estas escapadas.
Nosotros siempre os decimos "deja que los niños te lleven, déjate guiar por ellos por una vez, hazte niño con ellos", te sorprenderá el día tan magnífico que tendrás, los planes tan divertidos que conseguirás.

Parques sin columpios, ¿muritos para saltar?
Paredes gigantes que simulan castillos de princesas y príncipes, ¿buscamos sus ventanas?
Árboles llenos de pájaros, ¿buscamos un nido?

Y llevamos pomperos y hacemos pompas que vuelan y suben hasta lo alto del castillo, un balón, unos cuadernos donde meter hojas y flores...
¡¡Hay tantas cosas qué hacer!!

Una farola que cuelga de un gran arco que va de edificio a edificio, parece una tontería, pero a los niños les llama la atención que sea un arco entre dos muros, sólo para colgar una farola. Y tienen razón, si lo piensas con inocencia, ¿por qué no ponen una farola en el suelo como las de casa?

La catedral es preciosa, de estilo gótico, y nos llamó la atención ir entre callejones escondidos y de repente su altura.

Si hay una cosa que nos gusta es enseñar a los niños las diferentes vocaciones, no sólo profesionales sino también enseñarles las vocaciones de vida, nuestra vocación es matrimonial, esposos, pero hay hombres y mujeres que su vocación es religiosa, y les encanta ver y saber a qué se dedican los religiosos. Este escaparate nos ayudó mucho, María alucinó, muñecas que eran monjas y mostraban su trabajo de panadería y pastelería.

Enseñar a los niños las costumbres del lugar, no sólo es quedarnos con los edificios y museos, es aprender de su gente, y conocer el trabajo del mazapán toledano y lo que pueden llegar a hacer con ello les encantó.

Una ciudad para patear, callejear, gatear, subir y bajar escalones.
¡¡Zapatillas y a disfrutar!!

Nos ha encantado esta ciudad, no la conocíamos con niños y volvemos a casa con la imagen de una ciudad con rincones perfectos para inventar historias, callejear, seguir un plano de una ciudad amurallada con muchos tesoros por encontrar.