Zaragoza, Loarre y Riglos (Huesca y Zaragoza)

Zaragoza nos esperaba desde hace mucho tiempo,
queríamos ir en familia, a que la Virgen del Pilar nos conociera a todos.
¡¡Y por fin lo hemos conseguido!!

Cuando nos planteamos el verano, las vacaciones y qué queríamos hacer,
teníamos muy claro algo, necesitábamos días de descanso,
pero también queríamos hacer una ruta con nuestro "Bubús",
ir a la aventura, nos paramos a ver dónde queríamos ir
y coincidimos en una ruta mariana, llena de naturaleza y aventura.

Hemos salido con rumbo a tres Santuarios, eso seguro,
carretera y manta, destinos aventureros,
no sabemos dónde dormiremos ni dónde pararemos,
pero sí sabemos que llevamos muchas ganas de hacer kilómetros
y conocer rincones chulos, cruzarnos con gente
y conocer sus inquietudes, empaparnos de cultura y volver con ganas de más.

Primera parada, Zaragoza,
presentarnos y mostrarle nuestras ganas de divertirnos
y que Ella nos acompañe.

En sus manos nos pusimos e inquietudes y plegarias dejamos.

Un paseo por los interiores, disfrutar de las diferentes capillas y altares y conocer la Basílica.

Si algo recuerdo de cuando era pequeña de la Plaza del Pilar,
es venir con mis padres, hermanos, abuelos, tíos y primos
y dar de comer e ir corriendo a asustar a las palomas.
Hoy quedan menos palomas, supongo que será para que no estropeen los edificios aledaños.
Pero nuestros hijos quisieron hacer lo mismo
y la patrulla unida planeó algo, silencio, juntos, uno, dos, tres...
¡¡A por ellas!!

La Basílica es obligatorio pasar por ella, rodear, entrar, rezar, disfrutar y conocer.

Por detrás de ella pasa el río Ebro, y tiene una zona con banquitos ideal para descansar,
que los niños correteen un poco y el ruidillo del agua les de un poco de calma,
que después de corretear detrás de las palomas es necesario parar, sentarse,
descansar y comerse una fruta de Aragón.

Volviendo a por el Bubús,
topamos con esta iglesia que linda con la plaza de Nuestra Señora del Pilar,
es la iglesia de San Juan de los Panetes.
Posee una torre octogonal que recuerda a una mini Torre Pisa,
inclinada ligeramente hacia la Basílica del Pilar.
A los niños les encantó y veían una torre que quería irse con la Pilarica.

Siguiendo nuestro camino llegamos al Castillo de Loarre.

Un castillo románico, situado en la Localidad de Loarre, en Huesca.

Viajar con niños es difícil, pero no imposible,
nosotros estamos acostumbrados a ir a todos sitios con ellos,
vamos siempre en familia y nuestros planes están enfocados a ellos.
Adaptarse a donde paras, no coger carrito,
hacerte con fulares o mochilas aptos para ellos,
que les guste y vayan cómodos, eso es esencial para poder disfrutar todos.
Ir con niños no es un "pero" para no hacer planes, viajar y conocer.

Siempre que viajamos, lo primero que pensamos es en los niños,
no queremos un viaje donde sólo sea nuestro bienestar,
sino que lo niños aprendan divirtiéndose.

A veces es difícil, pero buscar un príncipe o una princesa en el castillo,
conociendo sus estancias, cómo dormían, cómo cocinaba e ir enseñándoles cómo está construido,
es tarea difícil, pero fácil para que aprendan historia.

Buscar rincones, ventanas sin cristales, enseñarles cómo vivían, cómo se defendían.

El castillo de Loarre está muy bien conservado,
se puede disfrutar de todos los rincones,
ver sus vistas, subir, bajar, bajar, disfrutar...

...cotillear...

Su visita está pensada para ir con niños, no tiene peligro por ningún rincón.

Y sus vistas solitarias al monte, con su silencio, es un descanso.

Nos ha encantado, recomendado.

Y nos encanta los sitios que piensan en los más pequeños
y te dan planos para que ellos vayan siguiendo y buscando.

Nuestra aventura nos lleva a tener ricas meriendas, en el campo.
Y seguir nuestro camino, buscando sitio para dormir.

Rumbo a Riglos, papá quería ir, pues él escaló parte de los Mallos
y nos encanta que nos lleve a conocer las paredes que ha ido subiendo.

Instalarnos, acomodarnos y disfrutar un ratito.

Hacer la cena, asearnos, pijamas y dormir.

Impresionante el entorno de los Mallos.
Y un entretenimiento que ha llevado un rato a los niños
ha sido buscar escaladores y tiendas colgadas.

Una primera etapa increíble que nos anima a seguir con nuestro viaje.