Lisboa (Portugal)

Nuestro #MomentosPompas en Lisboa...
Dos días, dos adultos, cinco niños y muchas ganas de conocer una nueva ciudad.
Un plano, una mochila de bebés, zapatillas,
abonos de transporte público, algo de picar en la mochila
(porque nuestros horarios son diferentes a los portugueses),
sonrisas y adelante.

Teníamos mucho que ver, mucho que nos habían dicho para conocer,
pero tuvimos que concretar un poco y quedarnos con ganas de más.

Así que con ganas de volver y seguir conociendo,
os contamos lo que vimos en dos días...
(Aquí nuestro cuaderno de MomentosPompas
con las ideas y lugares, dibujos y cositas que hemos ido apuntando estos días
y que nos fuisteis contando, los abonos, y nuestro plano)

Os contamos el secreto de nuestro viaje, se llama HomeAway.
Ganamos un concurso en Malasmadres y el premio era una estancia con ellos.
Y no hemos podido elegir mejor, atención increíble, necesidades cero y cariño por todos lados.

Estuvimos alojados en una casa en el centro, una casa antigua,
de techos altos, ventanas gigantes y pasillos infinitos.

Una casa muy hogareña donde estuvimos muy a gusto.
Os recomendamos que os paséis por la web, y no es publicidad
(a nosotros no nos dan nada por decirlo).
Sabéis que nosotros recomendamos lo que nos va bien y nos gusta.

¡¡Nos sentimos como en casa!!

Y su luz y estancias nos dejaron fotos tan bonitas y agradables.

Cuando tú te sientes bien estás bien,
pero cuando ves a tus niños contentos y muy contentos,
entonces te sientes demasiado bien.

Nuestra escapada empezó viendo un plano y ver dónde queríamos ir...
Os vamos a recomendar algo, por si tenéis pensado ir con niños, en pareja o solos...
Es una ciudad pensada para caminar, tranvía, autobús, metro y tren,
olvídate del coche, apárcalo y olvídate de él.

En Lisboa hay varias modalidades de pago en el transporte público,
os recomendamos que os saquéis el abono de 24 horas o semanal,
pero el que es para los portugueses, nada de turistas, así os ahorraréis un dinerito.

Con el abono se puede subir, bajar, bajar, subir...
Al tren, metro, autobús, tranvía...
Los conductores de los tranvías alucinaban con nosotros,
cuando subíamos y nos decían "next stop is finish" y subíamos por una parada...
Subíamos por muchas razones, aunque fuera una parada,
porque los niños disfrutaban subiendo y bajando,
por evitar cuestas y ¡¡por la emoción del tranvía!!
Aunque al conductor poca gracia le hacía,
porque tardábamos más en subir los siete que en llegar caminando,
pero, por una vez, ser vagos mola mucho, jajaja!!

Toda nuestra visita por Lisboa ha sido subir en transporte público y caminar,
"ahora por aquí, ahora por allí", sin rumbo, descubriendo callejones,
perdiéndonos, sin hacer caso al plano...
Nos encanta perdernos sin rumbo, cotilleando,
sí, a lo mejor nos podemos perder lugares interesantes,
pero conocer una ciudad a base de curiosear y preguntar a la gente es otra manera de hacer turismo,
y hasta ahora nos ha ido muy bien, la gente suele ser bastante amable.

Descubrir mercadillos de antigüedades, de enseres, de artesanía...
Hacernos pasar por lisboetas en la ciudad extranjera.

Fuimos al Monasterio de los Jerónimos y a sus jardines.

Nos encantó verlo por fuera, pues llegamos tarde y no pudimos entrar.

Un juego muy divertido con los niños es descubrir miradores, e irles contando:
"ahí está la iglesia, el monasterio, el parque, el mercado, nuestra casa...."
Ir a otro mirador y enseñarles los mismos puntos,
más el otro mirador desde donde mirábamos antes.
Les ayuda a localizarse, a que su visión espacial sea buena
y son maneras distintas de conocer distintos puntos de la ciudad.

Y llegar al Mirador de Nuestra Señora del Monte,
que debe ser el de los enamorados...
Porque toda la valla está llena de candados escritos,
y los niños se lo pasaron genial leyéndolos.

No podíamos irnos de lo más alto sin nuestra foto con todo Lisboa detrás.
No es el mejor mirador de la ciudad, pero había poca gente,
las vistas son increíbles, era tranquilo y lo pasamos muy bien.

Caminando te vas encontrando con muchas fachadas típicas de la artesanía del lugar, 
unas más cuidadas y otras más abandonadillas,
pero todas con su esencia portuguesa.

Descubrir ventanas llenas de encanto.

Y no todo son edificios con azulejos, el color en las fachadas está por todos lados,
eso sí, todo colores claritos: amarillo, azul, verde, rosa, beige, blanco...

Y el juego de los miradores sigue.
Como veréis en esta foto, Lisboa no es ciudad para carritos de bebés y niños pequeños,
es ciudad para cangurear, de esa forma podrás subir a todos los tranvías, motos,
tuctuc (cochecitos pequeños eléctricos) y pasear sin problemas.

Y ver puertas con agujeritos y cotillear...
(Un día de estos abrirán y del susto dejarán de hacerlo, ¡¡cotillas!!)

Una de las plazas donde más hemos disfrutado ha sido la del Comercio.
Peatonal, donde pueden corretear, porque en Lisboa no hay muchos parques para los niños,
menos mal que con un dulce se acababan las penas.

Para los que os guste la arquitectura,
es una ciudad con detalles de varios estilos y de varias épocas,
mires donde mires encuentras algo.
Esperar al autobús o tranvía, el que llegara primero era para nosotros.

Y una curiosidad que nos chivó alguien por las redes sociales:
"hay una calle rosa", la Rua Nova do Carvalho.
y con ella dimos, es pequeñita, pero con el arco con la calle que pasa por encima,
le hace ser una calle con encanto y curiosa.

Es una ciudad muy peatonal, llena de calles y plazas sin peligro.
Como ésta, la Plaza del Municipio.

El Elevador de Santa Justa es un ascensor en medio de la ciudad que une dos barrios.
Es una torre de hierro que llama la atención en medio de la ciudad,
nosotros, al verla de lejos, creíamos que era una mezquita...
No subimos por las colas que había, y porque nuestros niños son más de tranvías y trenes.

Cuando vamos a una ciudad que no es nuestra,
nos encanta hacernos pasar por paisanos de la ciudad,
hace tiempo descubrimos que es la mejor manera de conocer la ciudad.

La ciudad tiene dos puentes que cruzan el río Tajo y su desembocadura,
el Puente del 25 de Abril (el de la imagen) y el Puente de Vasco de Gama.
cruzamos por los dos en coche, para llegar y para irnos,
y si vais en coche os lo recomendamos,
a los niños les encanta y nosotros disfrutamos mucho.

Camino de Belém paramos a ver el Puente del 25 de Abril con Cristo Rey detrás.

Llegar a la Torre de Belém y ahí estaban todos los portugueses y turistas del momento.
Si vais a ir, intentad hacerlo entre semana, demasiada gente el fin de semana.

Salir de la ciudad, mirar y pensar en hacer un #MomentosPompas en Brasil.

Adiós Lisboa, unos españoles que tienen ganas de volver.

Antes de despedirnos os contamos un lugar que queríamos conocer,
era el Santuario de Schoenstatt en Lisboa,
¿Sabéis que hay casi 200 santuarios iguales en todo el mundo y sólo uno es diferente?

Y no podíamos irnos de Portugal sin pasar por la playa.

Desde la playa os damos las gracias
a todos los que nos habéis recomendado rincones, calles, y lugares para conocer la ciudad.
La familia 2.0 mola mucho, ¡¡os queremos!!

Y dar las gracias a Malasmadres y HomeAway
¡¡GRACIAS!!