Zaragoza

España está cargada de encanto.
Muchos sitios no están tan lejos como parece,
sólo es cuestión de proponerlo y lanzarse a la aventura.
En esta escapada nos hemos ido a Zaragoza.

Hemos conocido la Expo de Zaragoza.
Un lugar edificado para la Expo 2008 y que hoy busca la forma de reconvertir sus espacios.
Edificios de líneas modernas, agradables parques para pasear y hacer deporte.
Todo en un entorno que abraza el río Ebro.

Construcciones espectaculares como ésta, el "Alma del Ebro",
a base de letras donde jugar a buscar palabras y dar rienda suelta a la imaginación.

Donde cada uno intenta buscar la letra por la que empieza su nombre,
letras repetidas, hacer el abecedario, inventar palabras...

Como toda ciudad que está construida junto a un gran río, abundan los puentes.
Uno de los más modernos que cruzan el cauce es éste, el Pabellón Puente,
diseñado por la arquitecta Zaha Hadid.
Da la sensación de introducirse en una nave espacial y así lo vivimos.

Y ponemos rumbo a uno de los lugares más significativos de la zona: La Basílica del Pilar.
Allí fuimos a ver a la Virgen, en su mes, en el mes de María.

Tras ir a rezar a la Virgen del Pilar fuimos a la plaza a perseguir palomas
y reponer fuerzas para seguir con nuestra ruta.

Aunque cada vez que hacemos una salida llevamos preparada una pequeña ruta con cosas para ver,
siempre nos salimos de ella para descubrir cosas que a cualquiera de los siete nos llama la atención.
Desde hace tiempo hemos aprendido a dejarnos sorprender por lo pequeño,
por esas cosas que a veces pasan inadvertidas pero que nos hacen disfrutar
y conocer mejor lo que nos rodea.
La gastronomía es una de las cosas que más nos llaman la atención,
siempre dispuestos a probar cualquier sabor nuevo.

Encontrar lugares mágicos donde no se sabe a qué puerta nos llevará.
Unos se abren, muchos no.
Un paseo por toda la zona centro, peatonal, perderte por las callejuelas...
Descubrir lo que se esconde al otro lado de cada calle,
de cada momento y admirarnos por ello, es un regalazo en nuestras escapadas.

Pasear por el casco antiguo es muy cómodo.
Pocas cuestas, pocos coches y muchos rincones agradables es la tónica general.
Genial para conocer con niños.

Nos volvemos a casa cansados por el paseo.

Pero inmensamente felices por lo que esta ciudad y sus gentes nos han regalado.

Plenamente satisfechos ponemos rumbo a casa,
con el deseo de volver a visitar no dentro de mucho a nuestra Patrona de la Hispanidad.
¡¡Gracias zaragozanos por hacer de vuestra ciudad nuestra ciudad!!