Braga (Portugal)

Otro destino portugués con mucho encanto...
¡¡Braga!!

Braga, la ciudad de los arzobispos.
No pensábamos encontrarnos con una ciudad tan grande.

Empezamos a conocerla desde lo alto.

Subimos a conocer los dos Santuarios que están en el monte,
el de Bom Jesús y el de Sameiro.

La niebla no nos dejó disfrutar de las vistas,
pero esperamos un ratito paseando y cuando abrió,
disfrutamos de todo mucho más.

Paseos entre árboles, bosques frondosos,
fuentes llenas de nenúfares, grutas,
todo muy verde y fresquito.

Es una zona pensada para los peatones,
no hay peligro, el acceso de coches está restringido
y hay que pagar para poder acceder con el vehículo.

Mires donde mires encuentras una cúpula, un campanario,
hay iglesias y santuarios por todos lados.

Disfrutamos del funicular,
un elevador que funciona con agua,
es el más antiguo de la Península Ibérica,
lleva funcionando más de 130 años.

De lo más alto, con la ciudad despejada de la niebla,
nos fuimos a la zona del centro de la ciudad.

Aparcar el coche,
pasear, conocer sus calles,
su gente, sus casas,
ser uno más en la ciudad.

Ya les han pillado alguna vez cotilleando,
pero les da igual,
siguen mirando por los agujerillos,
y a veces encuentran secretos tras las puertas.

La ciudad es muy peatonal,
teniendo mucho cuidado con las bicis, porque van demasiado rápido,
es muy agradable para conocer,
tomarte algo y disfrutarla.

Es una ciudad muy romántica,
pero ir en familia también está genial.

Dejamos el centro por la Porta Nova,
por la puerta grande de la ciudad,
buscando un rincón especial de la localidad...

Éste es el destino que nos trajo a conocer Braga...
El último Santuario de Schoenstatt que nos quedaba por conocer de Portugal.

Con muchísima alegría nos vamos de Braga,
una ciudad muy grande, con mucho encanto.
¡¡Gracias Braga!!
¡¡Volveremos!!