Carcasona y Camon (Francia)

Nos situamos mirando los Pirineos Franceses, en la región de Occitania,
conocimos dos de los lugares más pintorescos que hemos visto en Francia:
Carcasona (Carcassonne) y Camon.

Comenzamos nuestra visita a Carcasona cruzando su puente viejo,
uno de los más antiguos de Europa,
sujeto por doce arcos por los que transcurre el Camino de Santiago que va por el sur de Francia.

De hecho, en la pequeña Chapelle Notre Dame De La Santé,
se inicia el Camino para muchos peregrinos.
Se trata de una sencilla capilla que conserva lo auténtico de su época.

Nos adentramos en la ciudadela, en este caso por la puerta que daba salida a Narbona (Narbonne).
Es una de las imágenes más características de Carcasona,
con su doble muralla acompañada de un foso.

Una vez dentro nos imaginamos caballeros de la Edad Media.
La ciudad tuvo su apogeo en esta época, pero realmente los registros más antiguos datan del 800 a.C.

La estructura de la ciudadela recordaba nuestra infancia de los Exin Castillos.
Toda la arquitectura está muy bien restaurada y cuidada al detalle,
por eso es considerado Patrimonio de la Humanidad.

Hay rincones maravillosos donde parar a descansar un poco.
Lo bueno de la ciudadela es que es muy fácil transitar por ella con niños.
Apenas hay tráfico y todo está muy bien acondicionado para ir con carrito.

Pese a que en las fotos no se observa, había bastante gente.
Es tan visitada que te puedes encontrar un poco agobiado,
pero merece la pena recorrerse todas sus calles y descubrir rincones
y a ver si alguna doncella se asoma al balcón a observar a estos atrevidos forasteros.

La ciudad está llena de rincones preciosos,
pero esta plaza de Auguste Pierre está colocada en un lugar espléndido.
Junto a la Catedral, rodeada de palacetes y al lado de la muralla.

Su catedral es de estilo gótica y está repleta de preciosas vidrieras
donde se pueden descubrir infinidad de historias.
Y rezar mientras ves como una Hermana prepara con mimo, detalle y sencillez las faldas del altar.

Y al salir de la catedral... Escaparate de pastelería.
¡Y es que esta familia es muy golosa y se ha quedado prendada de los nougats!
La ilusión de los niños es poner una pastelería en París...

Continuamos callejeando por Carcasona por calles empedradas,
con mucho calor pero llenos de ilusión por seguir descubriendo.

Y Mateo decide probar los rascadores de barro que hay para el calzado
en todas las puertas del casco histórico...
Algo que a todos les encantó, les pareció un juego divertido,
limpiarse las zapatillas en cada portal.
Lo que tardamos en avanzar un minuto se convierte en cinco,
pero decidimos reírnos viéndoles disfrutar,
porque no todos los días encontramos rascadores y argollas para caballos en las puertas de las casas.

Y salimos de la ciudadela por otra de sus puertas y recorrimos por fuera sus murallas,
disfrutando de otras vistas de la ciudad.

Nos detenemos un rato al fresquito de una fuente
y buscamos un sitio donde descansar y tomar un rico picnic.

A pesar de la cantidad de gente que encontramos por sus calles,
tiene rincones donde poder descansar y disfrutar,
con niños cada momento es especial y hay que aprovecharlos siempre y donde sea.

Compartir algún tesoro que hemos encontrado
y prepararnos para viajar a nuestro próximo destino.

De las calles de Carcasona pasamos a las calles de Camon.
También llamada la pequeña Carcasona,
se trata de un precioso pueblecito entre Carcasona y los Pirineos.

La antigua abadía simboliza la belleza de lo pequeño.
Aquí no pretendemos ver catedrales, castillos...
Pero cada rinconcito tiene un encanto especial.

Casas y torres llenas de magia,
donde la naturaleza se mezcla con la arquitectura.

Calles peatonales, escaleras que suben a las casas,
palacetes, cuestas adaptadas para todas las necesidades,
vecinos que entran, gatos que salen,
gente de fuera que se adapta y se queda feliz.

Es un pueblo tremendamente tranquilo donde la gente que te ve te sonríe,
te saluda, te abre sus puertas,
donde no cuesta estar aunque seas de fuera,
donde te entiendes sin hablar el mismo lenguaje.

Lugar perfecto para niños.
Tienen un parque infantil completísimo para tener apenas 150 habitantes.
Y pueden corretear por las calles con toda tranquilidad
y jugar a que son Spiderman y dan brincos por todos lados.

¡Estos superhéroes se están enamorando de este pueblo!
Y sus padres más...

Nos imaginamos cómo sería vivir en un lugar tan hermoso...
Y jugamos a imaginarnos ¿quién vive ahí?,
¿será hombre o mujer?
¿qué estará haciendo?
Y entonces creamos "la vida de la ventana amarilla".

Llegar al río, no poder bañarte porque su caudal es muy rápido y es peligroso,
pero sí podemos lanzar barquitos de hojas llenos de viajeros.

Es maravilloso como,
después de una jornada de mucho caminar,
conocer y aprender,
sacan fuerzas de cualquier lado para jugar a hacer cabañas de bichitos.

¡Y buscar dónde tenemos nuestro "bubús",
que con tantas idas y venidas no nos acordamos dónde aparcamos!

Camon, un sitio donde descansar, disfrutar de la tranquilidad,
de la belleza de lo pequeño, de la hospitalidad de sus habitantes...

Y Carcasona, un lugar que visitar, conquistar y no olvidar.

Nos llevamos grandes recuerdos de estos dos lugares que nos han enamorado.
¡Volveremos!